Todo apunta a que los precios del petróleo se mantendrán por encima de los 100 dólares durante 2011. Eso obliga a los países importadores como El Salvador a tomar medidas para enfrentar una probable subida de los principales productos de consumo básico como los alimentos, que dicho sea de paso se verán doblemente afectados, debido al gran apetito que tienen por ellos, sobre todo China e India.
Así las cosas y aunque las crisis políticas, como la que actualmente está sacudiendo a Libia en el Oriente Medio, son pasajeras, y que por lo tanto la presión al alza que ejercen sobre los precios del petróleo también es pasajera, habrá que ponerle mucho ojo al resto de países árabes, donde están los mayores productores del mundo, y que parece se están cansando de vivir en dictaduras o monarquías para liberarse de la opresión.
El virtual tránsito a la democracia de algunos de estos países, como Egipto, Túnez, Libia y otros que podrían venir en camino, hace prever que tendremos crisis sucesivas y por lo tanto fuertes alzas de los precios del crudo, que aunque pasajeras, van poco a poco estabilizándolo al alza cada vez más.
Esa realidad unida a la creciente demanda mundial de petróleo y sus derivados, jalada especialmente por los indúes y chinos, hace más probable que los precios de esta importante materia prima que mueve al mundo se vayan quedando, incluso, arriba de los 100 dólares el barril.
Ya vimos como solo con los acontecimientos de Egipto y Libia el petróleo de referencia de Europa y Asia, como es el Brent del Mar del Norte, superó los 116 dólares el barril hasta el miércoles 2 de marzo, mientras el crudo de Texas, que sirve de referencia para el continente americano cerró sobre los 102 dólares.
Si a esa realidad temporal, menos mal, le vinculamos, la cada día mayor demanda de crudo por parte de las economías más grandes del mundo, y en especial la de los países BRIC, pero entre estos, especialmente la de China e India, todo apunta a que los precios se puedan mantener en niveles no menores a los 100 dólares el barril, con lo que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de los países que son importadores netos como El Salvador y el resto de Centroamérica se verá reducido en sus proyecciones de crecimiento para este año.
En el caso de El Salvador la situación se vuelve más dramática, por tanto es el país, que con excepción de Venezuela y Haití, ha sido el que menos crecimiento ha experimentado tras la crisis económica de 2008.
Para colmo de males, creo que este año, igual que el 2010, se va a ir en dimes y diretes entre el Gobierno y la empresa privada, lo que no permitirá reactivar la inversión tanto pública como privada, que es una de las variables que podría hacer despegar el crecimiento de la economía salvadoreña.
De ribete, hemos entrado a un año pre electoral, donde el ruido político que poco a poco irá inundando las diversas actividades económicas, no permitirá que se alcance un entorno favorable para mejorar la inversión, que es la variable que impulsa el crecimiento del PIB y con ello el empleo que mejora el bienestar de la sociedad.
Lamentablemente este año, no habrá reactivación económica, a pesar de que el Gobierno ha proyectado un crecimiento del PIB de alrededor de 2.5%, lo cual se verá reducido por el entorno internacional relacionado con los altos precios del petróleo, alimentos y principales materias primas para la industria manufacturera, así como por la deprimente actividad económica interna influenciada por la calentura pre electoral.
Así Salvadoreños, debemos ir resignándonos a tener otro mal año y, quizá, muy parecido a los "pingües" resultados que obtuvimos en 2009.
miércoles, 2 de marzo de 2011
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