viernes, 3 de febrero de 2023

El Salvador poco a poco recupera la tranquilidad que le robaron las pandillas

A menos de dos meses del primer año del régimen de excepción implementado a iniciativa del presidente Nayib Bukele, los salvadoreños están volviendo poco a poco a la normalidad a desarrollar con normalidad sus diferentes actividades cotidianas.

La guerra contra las pandillas ha permitido la detención de más de 63,000 miembros de esas estructuras criminales, tras lo cual las actividades productivas, han comenzado a florecer, tras décadas de haberse cerrado como fuente de ingresos para miles de familias emprendedoras.

Hasta hace un año, aún con el Plan Control Territorial, era un atentado ingresar a barrios y colonias, como La Campanera, la comunidad Iberia, la 22 de abril, la San José 3 en Soyapango; Nuevos Horizontes en San Martín, por mencionar algunas donde los pandilleros controlaban el ingreso y salida de todas las personas y mantenían sometidos a los habitantes de esos lugares.

Los pequeños comercios, como ventas de refrescos, tortillas, pupuserías, tiendas y otros emprendimientos familiares, ahora han comenzdo a surgir en barrios y colonias, pues los emprendedores ya no son víctimas de la extorsión que bajo amenzanas de muerte, les imponían los pandilleros, bajo la mirada cómplice de sus familiares y la pasividad de los gobiernos del ARENA y del FMLN.

Si esto no está bien para los que dicen que la seguridad no funciona, que no hay ninguna estrategia de seguridad y, mucho menos control territorial, no sé qué es lo que debe estar bien para que el país comience a levantarse. 

Más creo que es una oposición por oponerse, dado que, en materia de seguridad ciudadana y, sobre todo por el accionar de las pandillas, hasta ellos están ahora, sin lugar a equivocarme, mejor de cómo lo estuvieron durante los 6 pasados gobiernos, pero claro su naturaleza de ser les dice que deben oponerse a todo lo que el gobierno de turno haga, esté mal o esté bien.

Desde mi punto de vista, no estoy de acuerdo con lo que piensan y dicen del país algunas organizaciones que dicen velar por los derechos humanos, como el caso de Human Rights Watch, La UCA y los partidos políticos de oposición recalcitrantes como ARENA y el FMLN, así como sus satélites, entre los que están Vamos y Nuestro Tiempo.

Es cierto que no todo lo que hace el gobierno está bien, porque hay algunas cosas que no se han dado como creyeron o prometieron que se harían, como la construcción de un hospital para mascotas en lugar del nuevo Hospital Rosales y el Hospital de la Zona Norte, entre otros proyectos necesarios e impostergables para mejorar la atención de la salud de los salvadoreños.

Sin embargo y, a pesar de que alguas de esas promesas, como la Universidad de Chalatenango y Mozarán, que no se han comenzado a concretar, la seguridad sí ha mejorado, al grado que ha dejado de ser la principal preocupación de la población, que ahora afirma que el problema a resolver es el alto costo de la vida, el cual hasta hace un año era el segundo problema.

Pero, a mi juicio, una vez resuelto el problema de la inseguridad, que todavía falta un poco, habrá más pensamiento para ir resolviendo poco a poco el encarecimiento del costo de vida, así como otros problemas relacionados con salud y educación, que siguen siendo el talón de aquiles de la actual administración. 

Por lo demás, todo bien. 




martes, 21 de septiembre de 2021

Un nuevo comienzo

Hola a todos.

Quiero invitarlos a que formemos una comunidad interactiva por medio de este blog, para que podamos incidir, sin ofender a nadie, sobre el quehacer político, económico y medioambiental de El Salvador.

Para ello los convoco a que emitan sus opiniones sobre los artículos que comenzaré a escribir, a partir de esta fecha, en este blog, cuyo nombre es: Las Tertulias de Daniel Choto.

Jamás pretenderé tener siempre la razón en mis escritos, porque la verdad no es absoluta, sino relativa, y por lo general siempre hay más de una; es decir que en algunas ocasiones, tanto una como la otra persona que opinan sobre un tema en particular, tienen parte de la verdad, aunque no toda la verdad.

Así que desde ahora comienzo a hacer tiempo para compartir aquí mis ideas, esperando con ello contribuir a que las personas e instituciones que tienen el poder de cambiar el país y sus relaciones con el entorno sobre los temas que me atañen, tomen las mejores decisiones, no sin antes analizar las propuestas que aquí se puedan hacer para ello.

Mucho agradeceré sus comentarios, y recuerden que la diversidad de pensamiento contribuye a fomentar un mundo mejor para todos. 

  


viernes, 26 de mayo de 2017

Otra campaña política con más de lo mismo

Otra campaña política con más de los mismo


Cada vez que se acercan las elecciones, ya sea para alcaldes y diputados como las presidenciales, entre miles de salvadoreños renace la esperanza de un futuro mejor, a partir de las promesas que vuelven hacer los políticos.

Sin embargo y para ir en consonancia con el titular de este artículo editorial, lamento decirlo, pero todo apunta a que tendremos, como promesas, las mismas mentiras: "trabajaré por incrementar el empleo, por combatir la violencia, por mejorar las carreteras y los caminos vecinales, porque nuestros niños tengan una educación de calidad, por etc, etc". Más de lo mismo.

Son capaces que prometen construir puentes donde no hay ríos o barrancos, pero cuando la gente les dice que no hay ni ríos ni barrancos, ellos hábilmente responden que también construirán los ríos y los barrancos. De esos políticos que ofrecen más de lo mismo, hablamos en este artículo.

Pero no son solo los políticos descarados, sinvergüenzas, los que actúan de esta manera. También están aquellos que ocultándose en la institución encargada de administrar y cumplir la debida justicia, aprovechan las épocas preelectorales y la cercanía de las campañas políticas para prestarse al juego sucio de los políticos de turno.

Me refiero a la Corte Suprema de Justicia (CSJ) que, desde la lógica del ciudadano común y corriente y más de aquél identificado con el partido ARENA, cree que está en lo correcto de ordenar a la Unidad de Probidad que investigue posibles inconsistencias en las declaraciones patrimoniales de los funcionarios del gabinete del expresidente Mauricio Funes.

A juzgar por esta decisión, creo que a nadie debe sorprender que la Corte Suprema de Justicia ordene este tipo de investigaciones a su Sección de Probidad; para mi, esto debe ser parte de un proceso rutinario que debe realizarse cada año y no solo al principio y al final de cada ejercicio del funcionario de gobierno.

El problema es que lo han sacado, justamente, cuando estamos a pocos meses de entrar a una campaña política. Pero peor aún, porque la CSJ no ordena o al menos sugiere a la Fiscalía General de la República (FGR) de que actúe de oficio investigando lo relacionado a los recibos de sobresueldos en que, aparentemente, los involucrados son exfuncionarios de los gobiernos de ARENA.

A mi, en lo personal, me parece que estos señores de la Corte Suprema de "Injusticia" están tomando decisiones, a todas luces, con tinte político, pero con la clara intensión de dañar al partido en el gobierno. Por qué no hacen lo mismo con los exfuncionarios de ARENA que recibieron sobresueldos durante los gobiernos de Cristiani, Calderón Sol, Francisco Flores y Tony Saca.

Es más, por qué en este caso de los sobresueldos la Fiscalía General de la República no inicia de oficio una investigación sobre esos exfuncionarios que recibieron los sobresueldo, según los documentos que circulan en las redes sociales, cuando en casos como el de Nayib Bukele lo hizo a partir de publicaciones en los medios de comunicación de la derecha como son El Diario de Hoy y la Prensa Gráfica, por mencionar algunos.

jueves, 2 de octubre de 2014

Las crisis económicas aumentan la pobreza

Durante las crisis económicas y la eterna e injusta distribución de la riqueza especialmente en países en vías de desarrollo, como El Salvador y la mayoría de América Latina, los ingresos de la clase alta son las que continúan creciendo.

Las causas son muchas. Yo citaré las que están más a la vista de propios y extraños.
Siempre que hay crisis, generada por las razones que sean, lo primero que aumenta es la pobreza, pues miles de trabajadores son despedidos de sus empleos en el sector privado.

También hay que tomar en cuenta que por lo general se cesa a trabajadores operativos, pues los mandos ejecutivos medios y altos casi nunca se tocan; salvo rarísimas excepciones.

Cualquiera diría, entonces, que las empresas también pierden, y podría ser, pero lo compensan con el despido de trabajadores y reducción de costos de producción y en otras áreas de sus actividades diarias.

Dado lo anterior es posible que disminuyan las ganancias, pero no las utilidades. Estas por lo general aumentan, poco pero siempre aumentan, por lo que los ingresos de los empresarios, especialmente los medianos y grandes siempre crecen, aún en severas crisis como la de 2008.

También es posible que pocas medianas, algunas pequeñas y más micro empresas tengan problemas de baja producción, y que unas cuantas cierren operaciones.

Dicha situación hace crecer a las empresas que siguen operando, especialmente las medianas y grandes, pero por el otro extremo, aumenta el ejército de desempleados y, como consecuencia, la pobreza.

Además debe considerarse que, a pesar de que los gobiernos imponen reformas fiscales para aumentar impuestos, supuestamente a quienes más ingresos reciben, al final del día esos ingresos adicionales para el fisco los terminamos pagando todos los empleados y consumidores en general.

Tal situación limita aún más los ingresos de las clases media y baja, mientras mantiene los de la clase alta, por lo general integrada por empresarios medianos y grandes, ya que los impuestos que ellos dicen pagar al Gobierno, son obtenidos en realidad del sobreprecio de los bienes y servicios que producen y venden a los consumidores.

De allí que no encontremos lógico el aumento de la pobreza y la disminución del poder adquisitivo del salario de los trabajadores y los lujos con los que vive la clase alta.

Y quiero terminar diciendo que no estoy en contra de que hayan ricos y pobres,  pues eso siempre será así, pero con lo que no estoy de acuerdo es con la cada vez más amplia brecha que los separa.








miércoles, 1 de octubre de 2014

De regreso

Amigos.

Tengo la grata noticia de informarles que a partir de este octubre/2014 retomo mis publicaciones y comentarios en mi blogspot, el cual mantuve inactivo más de un año, por razones ajenas a mi voluntad.
Los invito a leerme y comentar mis columnas de opinión sobre temas de actualidad nacional e internacional, relacionados a economía, política y otros aspectos que afectan a los conglomerados sociales.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Clase media no da para más

Clase media no da para más

No estoy en contra de más y nuevos impuestos, siempre y cuando mejoren la infraestructura y los servicios públicos. Hablo de carreteras, puertos, aeropuerto, escuelas, hospitales, y demás servicios que se dan a la población en todas las instituciones gubernamentales.
Pero el problema es que en lugar de mejorar, los complican, como es el caso ciertos trámites en algunas dependencias donde el trabajo que antes lo hacía una personas hoy dos y hasta tres, con la consiguiente pérdida de tiempo para los usuarios.
Y qué decir de los hospitales y unidades de salud, donde no hay suficientes medicinas para la diversidad de enfermedades de que padece la población; la calidad de la educación pública es otro ejemplo de que las cosas andan mal en este país.
Con rarísimas excepciones, la mayoría de jóvenes talentos en diferentes disciplinas del conocimiento humano salen de colegios privados; solo unos pocos provienen de escuelas públicas e institutos nacionales. 
Recuerdo que antes los jóvenes que recién salían de noveno grado, se disputaba el ingreso a entidades reconocidas como el Instituto Nacional, la Escuela Nacional de Comercio y la Escuela Normal Alberto Masferrer para estudiar su bachillerato, por mencionar algunas. La tercera desapareció hace mucho y las dos anteriores es como si no existiera, pues han desmejorado tanta su enseñanza que no dan ganas de mandar a los hijos a estudiar allí.
Ahora, y aunque siempre ha sido así, los padres de familia con cierta capacidad de compra, son quienes se pelean por obtener un puesto para sus hijos en colegios de prestigio, como el Liceo Salvadoreño, Externado San José, García Flamenco, María Auxiliadora, La Asunción, Champagnat, entidades educativas que antes eran solo para quieres roncaban duro, como decía mi abuela, al referirse a la gente de pisto.
Si bien, el actual gobierno ha implementado la entrega de uniformes, zapatos, útiles, el vaso de leche y reforzado los desayunos escolares, para que haya mayor interés de padres de familia, sobre todo del campo, de enviar a sus hijos a estudiar, la calidad de la educación ha desmejorado tanto, que la mayoría de familias prefieren hacer un poco más de sacrificio económico para que sus hijos vayan a un colegio privado, pues es bien sabido que los graduados en estos lugares tienen mejores oportunidades de insertarse al mercado laboral, sobre todo en el sector privado, que es el que genera empleo.
En la salud, no se diga, Si bien es cierto que en la red de hospitales nacionales están los mejores médicos, estos trabajan a desgano, o en la mayoría de casos, lo hacen solo para recibir un salario mensual como empelados públicos, pues su verdadera vocación la ponen en práctica en sus clínicas y consultorios privados.
Porqué se da esto, sencillamente porque han pasado a formar parte de la enorme red de corrupción en el aparato estatal. En los hospitales públicos, los médicos se recomiendan unos a otros los pacientes que ellos mismos se encargan de afligir, al dejarles citas hasta para un año o más, lo que aprovechan para recomendarles que acudan al Dr. Fulano o a la Dra. Sutana para ser tratados rápidamente de sus dolencias.

Falta de visión
Hago la descripción anterior, para dar como muestra un botón, de que nuestros impuestos están siendo mal utilizados por el gobierno, que no ha sabido elaborar un esquema efectivo de prestación de servicios públicos, aprovechando los grandes beneficios que ofrece la tecnología, especialmente del internet.
Ahora bien, ante la incapacidad de hacerlo, para utilizar mejor los recursos humanos y materiales, producto de una buena administración de los fondos públicos, no se les ocurre otra idea que aumentar o crear nuevos impuestos, como los recientemente anunciados.
Se habla de por lo menos tres nuevos impuestos, uno a bienes suntuarios o de lujo, incluyendo los ranchos de playa y segundas casas; también se está barajando hacer que paguemos tributos por las llamadas entre celulares y por darse un buen gustazo, de vez en cuando, en los restaurantes de comida rápida. Esto último lo puso la semana pasada en el tapete de discusión el presidente del BCR, Carlos Acevedo.
La idea según Roberto Rubro, uno de los economistas bastante conservadores de este país, es que con este tipo de impuestos, se contribuiría a hacer llegar más recursos al Fisco, y a disminuir el consumismo, no el consumo normal, en beneficio de los salvadoreños "botarata", que botan su dinero en excesivas llamadas telefónicas a celulares, que hasta dejan de comer bien por cargar saldo.
Pero lo que cayó como balde de agua fría sobre un buen segmento de población, fue el anuncio de gravar con 0.25% las operaciones financieras, específicamente el pago de cheques, las transferencias electrónicas de dinero, los depósitos, pagos y retiros en efectivo en cuentas bancarias.
Sobre estas últimas pretensiones se desató una fuerte ola de críticas, debido a que toca el bolsillo de cientos de miles de salvadoreños que por necesidad u obligación, ahora hacen uso del sistema bancario para múltiples propósitos, muchos de los cuales quedarán fuera de las exenciones plasmadas en el borrador del anteproyecto de la Ley de Impuesto a las Operaciones Financieras.
El tributo para controlar la liquidez, que se refiere a pagar el 0.25% sobre el monto de los depósitos, pagos y retiros en efectivos de cuentas bancarias,  está bien como medida de presión para que los comerciantes informales, que por ahora no pagan el impuesto sobre la renta y el IVA, empiecen a pagarlos. 
Igual me parece que se aplique tributo a las operaciones de reventa de toda clase de títulos valores (incluyen do las acciones) en la bolsa de valores, porque realmente son enormes cantidades de dinero las que se allí se tranzan.
Pero que se grave el monto pagado de cualquier tipo de cheque o transferencia electrónica, menos los salarios y otras pequeñas excepciones, no me parece una medida atinada y justa, en particular porque los empresarios tendrán que pagar 25 centavos por cada cheque de $100.00 o transferencia electrónica por ese monto en sus compras de materias primas, o importaciones de productos para vender aquí, lo cual encarecerá su precio y al final el impuesto lo terminaremos pagando todos.  
Lo anterior significa que si la empresa compra materias primas por $100,000.00 ya sea con cheque o transferencia electrónica, tendrá que pagar de impuesto $250.00, y esa cantidad la asimilará la empresa o la trasladará al precio de sus productos, es la pregunta.
Tampoco me parece que se pague impuesto por comerse una suculenta hamburguesa en el Burger King, o una grasienta Pizza Hut, etc., porque no es afectar a la clase media y media alta, sino a los sectores populares, porque con excepción de unos poquísimos casos, creo que las mayorías personas de este país, van de vez en cuando a darse un gustito a esta clase de restaurantes.
En lugar de ello, los iluminados altos funcionarios de gobierno, deberían elaborar un plan de verdadera austeridad para reducir en 10% como mínimo los gastos corrientes, recortando aquellas plazas que son innecesarias y que, como señalé al principio, no han hecho más que duplicar y hasta triplicar muchos procesos administrativos que tienen que ver con los trámites públicos, volviéndolos más engorrosos y deficientes como en el caso de los de salud y educación.







sábado, 20 de octubre de 2012

Ojalá nos den el Fomilenio II

Creo que el equipo de Fomilenio I, liderado por José Ángel Quirós, demostró que El Salvador tiene profesionales capaces de ejecutar obras complicadas como construir la Carretera Longitudinal del Norte (CLN), montar infraestructura para introducir servicios básicos, incluyendo la educación, y sentar las bases para mejorar y aumentar la producción agrícola, agropecuaria, agroindustrial y de otras cadenas de valor como turismo y artesanías.
Este proyecto de país en que se involucraron alrededor de 100 profesionales de diversas áreas, se ejecutó dentro del tiempo programado y con parámetros superiores a los exigidos por la Corporación Reto del Milenio (MCC, por sus siglas en inglés), lo cual pone al país como ejemplo a nivel mundial y abre la posibilidad de una segunda ayuda.
Para lograrla, el gobierno encabezado, en este caso por el secretario técnico de la presidencia, Alexander Segovia, debe presentar el 16 de noviembre próximo un plan detallado de los principales proyectos a desarrollar en la zona costera del país, que ha sido escogida para ejecutar la nueva donación, la cual se enmarca dentro del Plan Asocio para el Crecimiento, que es impulsado por el Gobierno de los Estados Unidos de Norte América en El Salvador.
Partiendo de ese compromiso por parte de los Estados Unidos para con El Salvador, lo más seguro es que la nueva ayuda se otorgue, pero el gobierno debe saber escoger los nuevos mandos ejecutivos de Fomilenio para ejecutar en tiempo y calidad los fondos, y motivar a inversionistas locales y extranjeros a montar empresas que generen empleos para los habitantes de esa parte del territorio nacional.
Ojalá que el gobierno evite, a toda costa, caer en la tentación de nombrar a personas solo por su vinculación política con el FMLN, porque de hacerlo así, se pone en peligro que se concluya a tiempo la mayoría de los proyectos comprometidos en el convenio y ello también desmotivaría la inversión privada del país y del extranjero.
Al paso que se realiza toda la preparación de la carpeta de proyectos, el gobierno debe poner énfasis en combatir la delincuencia, sobre todo aquella que generan las pandillas como asaltos, robos, hurtos, exigencia de la renta y asesinatos. Mientras ese accionar de las pandillas no se detenga o se reduzca sustancialmente, será difícil que todos estos emprendimientos cuajen para bien del país.
Otra cosa que debe considerar el gobierno es la capacitación básica y mejor preparación académica de la población de la zona costera, con el objetivo de contar con suficiente mano de obra mejor calificada para que se emplee en los proyectos que se emprenderán con la inversión nacional y extranjera.
Adicional a ello, se debe generar un clima de confianza entre gobierno y empresa privada para desatar el nudo que no permite que la inversión, al menos de los empresarios nacionales, se libere y se traduzca en nuevas empresas o en la ampliación de las actividades productivas que ya están en la zona.
Además del clima de confianza, es necesario que se corra con la presentación y aprobación de una serie de leyes que incentiven a los inversionistas, pero sobre todo que les dé seguridad jurídica de largo plazo a sus operaciones, para que no tengan que estar permanentemente en la zozobra de que de un año para otro se les cambien las reglas del juego económico.
Si se hace todo eso, creo que el Fomilenio II, más la inversión privada que se genere, podría ser la llave que catapultará a la franja costera del país a aportar un mayor crecimiento del producto interno bruto y comenzar a dejar atrás los tiempos de lento crecimiento que han caracterizado a El Salvador en por lo menos los últimos 15 años.