El gobierno, agobiado por el excesivo gasto corriente, que dicho sea de paso, es improductivo, está dando "patadas de ahogado" con la reestructuración de los subsidios, para dejarlos únicamente a las familias de escasos recursos económicos, pero por lo visto lo están planificando de manera equivocada.
Los flamantes asesore del señor presidente de la república, le han recomendado que empiece por eliminar la contribución especial a los buseros y microbuseros, pero yo creo que con ello no se reducirá sustancialmente el elevado gasto corriente del Gobierno y, por el contrario, se incrementará el costo del pasaje de las familias, que en su mayoría tienen hijos que van a la escuela y hacen uso del transporte público.
Una pareja que trabaja y tiene dos hijos, que van al colegio o escuela pública en bus o microbús y, que muchos de ellos abordan dos unidades, ida y regreso, gastan hoy por hoy cada uno 80 centavos para transportarse. Sumando los cuatro, los padres deben desembolsar $3.20 diarios.
Como los niños van a estudiar de lunes a viernes, gastan $8 entre los dos; sin embargo como los papás trabajan, por lo general el sábado, ellos gastan $9.60 por semana. Lo que supone que al mes necesitan $70.40 para el transporte público.
Ahora bien, en el mejor de los casos, suponiendo que la misma familia solo aborda una unidad del transporte público para sus faenas diarias necesitan, obviamente, $35.20 para este gasto del mes.
Pero que pasa si al eliminar el subsidio, a los buseros se les antoja aumentar el pasaje por lo menos al doble, como lo han dejado entrever los representantes de los propietarios de los buses y autobuses. Entonces en el segundo caso, la familia tendrá que sacrificar de su pírrico salario $70.40 y en el primer ejemplo la cantidad se eleva a $140.80.
Supongamos que la mayoría solo aborda una unidad, entonces la familia tendrá un gasto mensual adicional de $35.20. Acaso no es eso más del doble de lo que cuesta el tambo de gas de 25 libras, que por lo general dura un mes.
Y en el caso de la energía, acaso no es esa cantidad mucho más que lo que pagaría una familia si se le retiran los entre $7 y $10 mensuales que le subsidia el gobierno a quienes consumen menos de 100 kilovatios hora y que son, por lo general quienes hacen uso del transporte público de pasajeros.
Pero agreguémole el desmadre que armarían los buseros el día que se les recorte la ayuda estatal. Lo primero que harían es un paro, quizá indefinido, con las consecuencias de que en esos días las familias pagarían hasta el triple para transportarse de la casa al trabajo y de regreso, lo mismo que los estudiantes para ir a la escuela o colegio y regresar a casa.
Adicionalmente los trabajadores que logren en qué irse, llegarían tarde a sus empleos y muchos no se presentarían a trabajar, con la consecuente pérdida de horas hombre en la producción de las empresas. Esto no lo han valorado los flamantes asesores del señor presidente de la república.
Por lo anterior, pienso que lo mejor será eliminar el subsidio al gas, a la energía y al agua potable, porque en estos rubros si el gobierno se ahorraría más de $160 millones al año, cómo mínimo, y se obligaría a las familias a ahorrar en el consumo de estos insumos tan necesarios para el diario vivir.
Como el gobierno, con parte de nuestros impuestos y de créditos internacionales, regala casi la mitad de lo que una familia pobre gasta en promedio por dichos suministros, a la gente no le importa desperdiciarlos, pero el día que sepan que el valor total de la factura eléctrica, de la del gas y de la del agua potable sale íntegra de su bolsa, tendrán que aprender a ahorrar.
El problema es que el siempre el gobierno actual no se atreve a tomar esta medida porque cree que si lo hace va a perder la siguiente elección presidencial; pero se olvida de que no solo por ello el pueblo le puede dar la espalda en los siguientes comicios.
Para muestra, un botón, la gente en su mayoría pobres y medio pobres, clase media, media baja, y media alta, no digamos la clase alta, están muy disgustados con este gobierno incapaz, al grado que las primeras encuestas sobre los dos candidatos presidenciales de los dos principales partidos, ARENA y FMLN, favorecen ya casi por el doble a Norman Quijano, que tampoco digamos es un excelente candidato, pero que la gente está enviando un mensaje de descontento al partido en el gobierno.
Ahora bien, si lo que quieren es perder las próximas elecciones, porque se convencieron que les es más cómodo y rentable estar en la oposición que lidiando con las necesidades más sentidas de la población, como son empleo, mejor salud y educación, principalmente, adelante señor presidente, elimine el subsidio a los buseros y verá la que se le arma.
martes, 4 de septiembre de 2012
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Dani, muy de acuerdo con su pensamiento de que hay que recortar los subsidios, pero creo que lo mejor es hacer una mayor focalización, para todos los subsidios, de gas, agua, electricidad, bus, uniformes, para que los reciben solamente las familias más pobres, por ejemplo, el 40 o 50% más pobre. Así se hace un mayor ajuste a las finanzas públicas, y se sigue solidarizando con las familias de menores recursos. Otro tema es construir subsidios que reducen los precios para estas familias, pero que no las aisla de las tendencias de precio de mercado, para que también sienten la necesidad de ahorrar.
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