martes, 18 de enero de 2011

A prepararse para lo peor

Si los presagios del Banco Mundial acerca de que se revivirá la crisis de 2008 se llegaran a cumplir, entonces creo que retrocederíamos tanto que no me atrevo a pensar qué pasaría con el ejército de desempleados en este país y con las legiones de familias viviendo en pobreza absoluta y extrema.

Quienes sean los culpables de que estas crisis se vengan de un año para otro, no importa; si los chinos, los especuladores, los fondos buitres o los pícaros y estafadores como Madoff y compañía, pero si debe importar que los gobiernos estén preparados para enfrentarlas con cierto grado de éxito.

Pero en el caso de El Salvador, esa posibilidad está bastante difícil, por varias razones. Veamos las principales: Nos acaban de bajar la calificación de "BB" a "BB-" por parte de Standard & Poor's; nos vacunaron ya con la eliminación del subsidio a la energía para los que consumimos más de 99 kilovatios hora mes y, de ribete, nos pegaron otra buena enhebrada con el aumento del 8 por ciento a la factura eléctrica desde el 12 de enero.

Y como si eso fuera poco, los países productores y exportadores de petróleo ya hablan de que el precio de este comoditie va a llegar arriba de los $100 y hasta $120 el barril en los próximos meses, lo cual desataría una espiral inflacionaria que encarecería, incluso los boletos para entrar al infierno.

A lo anterior hay que agregarle que según el Banco Mundial viene una escasez de alimentos, como la soya, el trigo y la carne de res, debido a que el apetito de los chinos está creciendo cada día más, en la medida que su economía va mejorando, gracias a la llegada de más empresas provocada por la apertura comercial del gigante asiático.

Esto, si bien no sería el tiro de gracia, es probable que en algo también nos afecte en el desempeño de la economía local, sobre todo por la alta dependencia de la harina de trigo para el pan nuestro de cada día. Francés (largo y doblado) y de dulce, incluyendo las peperechas, que tanto nos gustan a los salvadoreños.

Y lo más reciente, es el anuncio de que ya se viene otra subida al precio del platillo favorito de los guanacos: los frijoles, por la escasez al irse agotando las pocas reservas que quedaron ante la raquítica cosecha del año pasado.

Añadamos ahora que estamos en un año pre electoral y que, como ocurre siempre, el fantasma de la incertidumbre política volverá a rondar por estos lares y, no me pregunten por qué, pero la inversión se congela o disminuye, hay fuga de capitales y en general la actividad productiva disminuye.

Ahora con mucha más razón, pues mucho se especula, que ante el resquebrajamiento del principal partido de oposición: ARENA, la balanza legislativa se vaya a inclinar tanto que le pudiera dar mayoría absoluta al FMLN gobernar con pleno libertinaje y conducir al país hacia el temido Socialismo del Siglo XXI.

Entonces sería el acabóse para las leves esperanzas que quedan de reactivar la economía, ya que comenzaría el éxodo masivo de capitales, se paralizaría la poca inversión privada en ejecución o por ejecutarse, no llegaría más inversión extranjera directa; el empleo seguiría cayendo, igual que el consumo que enfriaría cada vez más la dinámica económica.
Y como dije en otro comentario: la cosa se está poniendo peluda.

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